Tuve el privilegio de nacer y alimentar gran parte de mi niñez en la Iglesia Adventista, mis padres aceptaron a Cristo en su juventud y gracias al señor mi familia fue bautizada. A la edad de 14 años me aparté de la iglesia; estando en el mundo te vuelves vulnerable y es en ese preciso momento cuando el enemigo decide atacarte, con el único propósito de apartarte de Dios.
Yo era muy apática a las fiestas, la bebida o el cigarrillo y a diferencia de muchos jóvenes ese tipo de "diversión" no me llenaba, pero ¡Vaya que el enemigo siempre sabe por dónde atacar! en aquel entonces tenía una gran empatía por los tatuajes, sus colores y formas; así que al alcanzar mi mayoría de edad tomé la decisión de tatuar mi cuerpo.
PREGUNTA: ¿Qué es lo primero que piensas al escuchar la palabra TATUAJE? mucha gente acostumbra pensar que el hecho de tatuarse lleva a drogarse, ingerir alcohol, escuchar música rock, entre otras cosas! pero me alegra contarte que gracias al Señor, ese no era mi caso.
Transcurrido algún lapso de tiempo y al cabo de haber caído tantas veces comprendí que era necesario estar lejos para poder aceptar que mi lugar estaba junto a Cristo.
Mis tatuajes no me impidieron escuchar la voz de Cristo, no han sido piedra de tropiezo que me impida alabar su nombre, las marcas que hoy llevo en mi cuerpo son prueba viva del amor y la misericordia del Señor hacia sus hijos, no he de cubrirlas, finalmente dichas marcas se borran, pero la marca que deja el señor en nuestras vidas una vez que le aceptamos como nuestro salvador es imborrable.
ANÉCDOTA: hace algunos meses charlaba con un amigo, conversación en la cual entraron a colación mis tatuajes, dado el momento mi amigo me pregunta: ¿Por qué no te reemplazamos esa pierna por una nueva? A lo que yo respondí: "esta pierna es nueva!". Él quedó sorprendido y solo pudo decir: Vaya! tienes razón, me has dado una gran lección.
Y no solo mi pierna... mis brazos y todo mi cuerpo es nuevo!! No lo digo yo, escrito está: de modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17.