De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. Hechos 4:12.
Ni bien terminaban de almorzar cuando su padre dijo: ¡RECUERDEN, AL TERMINAR CADA QUIEN LAVA SU PLATO! Esa era la regla a la hora de comer, ahora bien, cada uno tenia la responsabilidad de decidir si obedecer o no a dicho mandato.
Eran incontables las ocasiones en las que desde la entrada de la casa podías visualizar la montaña de platos sucios en la cocina. Ellos son una familia disfuncional que al igual que muchas otras familias anhelan un cambio; ser más unidos tal vez y que el amor de Dios y la obediencia sean el centro de sus vidas.
Muchas reuniones familiares eran organizadas en pro de un cambio, reuniones en las que cada quien se expresaba diciendo lo que pensaba del otro y la manera en la que podía colaborar para que el cambio fuese positivo. Dichas reuniones no daban fruto alguno, quizá porque nadie ponía realmente de su parte para mejorar la situación en el hogar.
Era de tarde cuando ella preparaba todo para hacer los quehaceres, en eso ve a su hermana dirigirse a la cocina y le pide que por favor lavase los platos a lo que ella responde: ¡Ese plato no es mio, ni éste, ni ese otro; no lavare nada, pues yo lavé lo que ensucie hace rato!
Siempre se cuestionaban los unos a los otros, excusándose, para no obedecer y escapar de las responsabilidades del hogar. Solo escuchabas: ''Ya yo no vivo acá'' ''Yo no ensucie eso'' ''No estoy de ánimos para ayudar, que lo haga otro'' ''Ella/él no hace nada, por lo tanto yo tampoco lo haré.''
PREGUNTA: ¿Te imaginas que tu salvación dependa de las decisiones de otro?
De ser así, ¡ESTARÍAMOS MAS QUE PERDIDOS!
Cuán injusto y triste seria que todas nuestras luchas e intentos por alcanzar la salvación fuesen en vano por causa de las decisiones de otra persona.
Te imaginas que la respuesta de Jesús al escuchar la petición de su Padre fuese: ''Adán y Eva fueron quienes pecaron, no yo, por tanto ¿Debo ser yo quien limpie su desastre?''
¡GRACIAS al Padre, quien por amor envió a su ÚNICO hijo a morir por cada uno de nosotros!
''Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que TODO aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.'' Juan 3:16.
¡GRACIAS al Hijo, quien por amor al Padre decidió OBEDECER dándose a sí mismo por la salvación no de uno, sino de TODOS!
''Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.'' Romanos 5:19.
Que lindo Raquel... Bendiciones para ti mi amor.
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