martes, 14 de abril de 2015

LA VENTANA DEL VECINO


De niña solía frecuentar el hogar de mi tía, ella vivía en un apartamento muy lindo.
¡Que días aquellos! lo que más me gustaba de aquellas visitas era mirar a través de su ventana, una ventana enorme cuya vista era impresionante. Que diferente me sentía al llegar a casa, ya que desde mi ventana apenas podía mirar el muro de concreto que dividía nuestra casa con la del vecino.

PREGUNTA: ¿Te resulta familiar?

Resulta que muchas veces sucede lo mismo con nuestra vida. No nos sentimos conformes con quienes somos y en vez dar un retoque a nuestro paisaje, preferimos mirar a través de la ventana del vecino; hablamos de su vida, sus problemas y en ocasiones solemos inventar historias ajenas a nuestro conocimiento.

¿POR QUÉ NOS GUSTA TANTO EL CHISME? Más allá de buscar información, necesitaba conocer la opinión de varios amigos cuyas respuestas fueron:

- El ser humano tiene la necesidad de comunicarse. Los grupos sociales hacen de la comunicación una interacción que les permita mantenerse en bloque. Para hablar se necesita un tema. Ya sea algo o alguien. Cuando no se tiene un tema fructífero para hablar se recurre a las vías rápidas: el chisme.

Nos gusta hablar, compartir ideas de algo o alguien. Cuando no somos capaces de producir temas, recurrimos a lo que ya otro elaboró: un chisme.


- Resulta que tenemos una distorsión moral muy grande lo cual hace que nos creamos por encima de la Ley.

Eso hace que juzguemos a otros, creyéndonos puros, o mejores que los demás y sin saber que se hace todo lo contrario...


OPINIÓN PERSONAL: Optamos por el chisme cuando hacemos de 'la rutina' nuestro plato principal.

En el ámbito espiritual sucede que al no vivir una vida consagrada nos tornamos presa fácil de las habladurías al desviar la mirada hacia la vida de otros.

''Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe...'' Hebreos 12:2.

Al hablar de los demas, dejamos muy en claro que no estamos conformes con nuestra persona y al mismo tiempo proyectamos un testimonio errado acerca de quiénes somos.

Los chismes pueden provocar problemas personales, sociales, psicológicos y la desmoralización social de las víctimas de los chismosos.

Recordemos que somos cartas abiertas... ¿Qué lee la gente en nosotros?

''Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.'' 2 Cor 3:2-3.

¡Seamos transparentes y vivamos nuestra vida de tal modo que glorifiquemos a Cristo en TODO lo que hagamos!

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