jueves, 18 de junio de 2015

CONFÍA... ¡Solo un poco más!


Pero que pida con FE, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Sant 1:6.

Esa tarde, sola, en su cuarto, ella lloraba desconsolada y sentada en el sofá se preguntaba qué más podía hacer para ayudar a su hija. Sintiéndose impotente, podía notar cómo las olas de preocupación golpeaban su fe y la arrastraban hacia lo más profundo y oscuro del mar, viéndose cada vez más y más lejos de la orilla donde la tierra era firme y segura.

Noche tras noche oraba, esperando una respuesta que al parecer no llegaba y eso la agobiaba. 

¿¡Por qué!? se preguntaba una y otra vez, sin entender por qué Dios tardaba tanto en responder sus plegarias. Fue en ese momento cuando comprendí que a veces profesamos sobre una fe que no vivimos, debemos aprender a confiar un poco más en el Señor.

La falta de confianza en el Dios que TODO LO PUEDE debilita nuestra fe y como consecuencia de ello; empezamos a cuestionar Su poder y amor hacia nosotros.

''Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. 
Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. 
1 Juan 5:4.''

La fe NO ES confiar en que el sol saldrá para poder disfrutar de una tarde en familia. la verdadera FE, es confiar en que a pesar de la tormenta disfrutaremos de nuestra familia.

Fe, es CONFIAR EN QUE DIOS SABE LO QUE HACE aunque muchas veces no lo comprendamos, ÉL TIENE UN PLAN, ÉL ESTÁ AL CONTROL.

Entonces... ¿Por qué dudamos? ¿Por qué nos preocupamos?

Allá, en el Getsemani, no imagino el temor que debió sentir Jesús al saber que pronto tendría que pasar por la mayor de las pruebas mientras oraba encomendándose una vez más a su Padre. Mas por amor a ti y a mi y muy a pesar del miedo confió en Dios hasta el último momento.

¡MARAVILLOSO AMOR DE CRISTO!

Cuando cruces las aguas,
Yo estaré contigo;
cuando cruces los ríos,
no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego,
no te quemarán ni te abrazarán las llamas. 
Isa 43:2.

CONFÍA... ¡Solo un poco más!

martes, 14 de abril de 2015

LA VENTANA DEL VECINO


De niña solía frecuentar el hogar de mi tía, ella vivía en un apartamento muy lindo.
¡Que días aquellos! lo que más me gustaba de aquellas visitas era mirar a través de su ventana, una ventana enorme cuya vista era impresionante. Que diferente me sentía al llegar a casa, ya que desde mi ventana apenas podía mirar el muro de concreto que dividía nuestra casa con la del vecino.

PREGUNTA: ¿Te resulta familiar?

Resulta que muchas veces sucede lo mismo con nuestra vida. No nos sentimos conformes con quienes somos y en vez dar un retoque a nuestro paisaje, preferimos mirar a través de la ventana del vecino; hablamos de su vida, sus problemas y en ocasiones solemos inventar historias ajenas a nuestro conocimiento.

¿POR QUÉ NOS GUSTA TANTO EL CHISME? Más allá de buscar información, necesitaba conocer la opinión de varios amigos cuyas respuestas fueron:

- El ser humano tiene la necesidad de comunicarse. Los grupos sociales hacen de la comunicación una interacción que les permita mantenerse en bloque. Para hablar se necesita un tema. Ya sea algo o alguien. Cuando no se tiene un tema fructífero para hablar se recurre a las vías rápidas: el chisme.

Nos gusta hablar, compartir ideas de algo o alguien. Cuando no somos capaces de producir temas, recurrimos a lo que ya otro elaboró: un chisme.


- Resulta que tenemos una distorsión moral muy grande lo cual hace que nos creamos por encima de la Ley.

Eso hace que juzguemos a otros, creyéndonos puros, o mejores que los demás y sin saber que se hace todo lo contrario...


OPINIÓN PERSONAL: Optamos por el chisme cuando hacemos de 'la rutina' nuestro plato principal.

En el ámbito espiritual sucede que al no vivir una vida consagrada nos tornamos presa fácil de las habladurías al desviar la mirada hacia la vida de otros.

''Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe...'' Hebreos 12:2.

Al hablar de los demas, dejamos muy en claro que no estamos conformes con nuestra persona y al mismo tiempo proyectamos un testimonio errado acerca de quiénes somos.

Los chismes pueden provocar problemas personales, sociales, psicológicos y la desmoralización social de las víctimas de los chismosos.

Recordemos que somos cartas abiertas... ¿Qué lee la gente en nosotros?

''Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.'' 2 Cor 3:2-3.

¡Seamos transparentes y vivamos nuestra vida de tal modo que glorifiquemos a Cristo en TODO lo que hagamos!

lunes, 6 de abril de 2015

Ese plato ¡NO ES MIO!

¿Alguna vez pensaste en cuál seria tu reacción si TU salvación no dependiera de ti sino de alguien más?

De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. Hechos 4:12.

Ni bien terminaban de almorzar cuando su padre dijo: ¡RECUERDEN, AL TERMINAR CADA QUIEN LAVA SU PLATO! Esa era la regla a la hora de comer, ahora bien, cada uno tenia la responsabilidad de decidir si obedecer o no a dicho mandato.

Eran incontables las ocasiones en las que desde la entrada de la casa podías visualizar la montaña de platos sucios en la cocina. Ellos son una familia disfuncional que al igual que muchas otras familias anhelan un cambio; ser más unidos tal vez y que el amor de Dios y la obediencia sean el centro de sus vidas.

Muchas reuniones familiares eran organizadas en pro de un cambio, reuniones en las que cada quien se expresaba diciendo lo que pensaba del otro y la manera en la que podía colaborar para que el cambio fuese positivo. Dichas reuniones no daban fruto alguno, quizá porque nadie ponía realmente de su parte para mejorar la situación en el hogar. 

Era de tarde cuando ella preparaba todo para hacer los quehaceres, en eso ve a su hermana dirigirse a la cocina y le pide que por favor lavase los platos a lo que ella responde: ¡Ese plato no es mio, ni éste, ni ese otro; no lavare nada, pues yo lavé lo que ensucie hace rato! 

Siempre se cuestionaban los unos a los otros, excusándose, para no obedecer y escapar de las responsabilidades del hogar. Solo escuchabas: ''Ya yo no vivo acá'' ''Yo no ensucie eso'' ''No estoy de ánimos para ayudar, que lo haga otro'' ''Ella/él no hace nada, por lo tanto yo tampoco lo haré.'' 

PREGUNTA: ¿Te imaginas que tu salvación dependa de las decisiones de otro? 

De ser así, ¡ESTARÍAMOS MAS QUE PERDIDOS! 

Cuán injusto y triste seria que todas nuestras luchas e intentos por alcanzar la salvación fuesen en vano por causa de las decisiones de otra persona.

Te imaginas que la respuesta de Jesús al escuchar la petición de su Padre fuese: ''Adán y Eva fueron quienes pecaron, no yo, por tanto ¿Debo ser yo quien limpie su desastre?''

¡GRACIAS al Padre, quien por amor envió a su ÚNICO hijo a morir por cada uno de nosotros! 

''Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que TODO aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.'' Juan 3:16.

¡GRACIAS al Hijo, quien por amor al Padre decidió OBEDECER dándose a sí mismo por la salvación no de uno, sino de TODOS!

''Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.'' Romanos 5:19.

domingo, 22 de junio de 2014

Qué harías tú, si...

Porque más grande que los cielos es tu misericordia, y hasta los cielos tu verdad. Salmos 108:4

Eran las 12:50 del mediodía y yo me preparaba para el examen de estadística, estando en el aula me dispuse a verificar los ejercicios desarrollados en la clase pasada y no había dudas, estaba lista para presentar el examen! Y me sentí feliz pero mi felicidad duró muy poco al recordar que no había estudiado 2 de las fórmulas...

PREGUNTA: Qué harías tú, si...

Faltando tan solo unos minutos para iniciar el examen, recuerdas que no memorizaste las fórmulas para resolver tu ejercicio.

¿Qué harías tú, al encontrarte en mi situación?

Aquel día me invadió la duda y mi gran error fue pensar que no podría memorizar dichas fórmulas. Pero al enemigo le encanta “ayudar“ y para dificultar un poco más la situación, llegó el profesor.

El tiempo previo al examen se había agotado, mi tiempo, lo invertí pensando en incapacidades pasando por alto el tiempo del Señor.

Luego de mirar el lápiz y la regla que estaban frente a mi decidí anotar las fórmulas en la regla y en mi ignorancia, voltearla hacia abajo para “esconderla del profesor“. 
El examen inició y quizá no me creas pero decidí no mirar el lado de la regla, el cual tenía las 2 fórmulas ya que pude recordarlas vagamente y para mi sorpresa, el profesor optó por anotarlas en la pizarra.

Hoy, quiero que entiendas que toda decisión sea buena o mala tiene sus consecuencias! Yo, inicialmente tomé una mala decisión y como consecuencia, a medida que elaboraba las gráficas (usando la regla) el grafito del lápiz con el cual anoté las formulas dejó unas pequeñas manchas en mi hoja, así mismo es el pecado, inicia en pensamientos cuyas decisiones terminan en malas acciones; acciones que muchas veces dejan marcas en nuestras vidas.
Podemos engañarnos a nosotros mismos, a nuestros amigos, hermanos o familiares pero a Cristo, JAMÁS! Ya que no existe pecado oculto ante la mirada transparente del Señor.
Quizá ya haz vivido una situación similar a la mía, en la que posiblemente  hayas olvidado la fórmula para alcanzar la salvación, de seguro más de una vez olvidaste la fórmula del perdón o del amor pero al igual que el profesor, Cristo, en su gran amor y misericordia está presto a recordartelas cada día a través de su santa palabra.

En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio. Tito 2:11-12.

Que no sean tus propios méritos, sino los de Cristo impulsándote a tomar siempre la decisión correcta.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Impaciencia

Si me preguntas ¿Qué es la impaciencia? podría describirla como el hecho de ''esperar'' con prisa.


A lo largo de mi vida, en muchas ocasiones me toco tragar enteros los frutos de la impaciencia ¿Y a quién no? recuerdo muchas etapas de mi niñez en las cuales me perdí de momentos que hoy por hoy no volverán por no saber esperar. Una de esas etapas las viví cuando a los 6 - 7 años pegada a la ventana esperaba con ansias devorar el dulce que ''supuestamente'' mi mamá me traería al llegar a casa.


Cuántas vivencias, juegos, risas y momentos deje pasar por esperar con prisa.

Otra de esas etapas las viví en mi juventud, una época de decisiones en las que la paciencia juega un papel muy importante; relaciones, amistades y momentos que no disfruté a plenitud por esperar con prisa.

''Tened también vosotros paciencia, y afirmad también vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.'' Santiago 5:8.


LA PACIENCIA es una de las virtudes que actualmente está en baja. Nuestro ritmo de vida frenético de consumo inmediato, ha hecho que el valor de este concepto haya quedado casi en desuso. Nadie es enteramente paciente. Sin embargo, la paciencia es esencial  para el equilibrio y la justicia.

¿Cuántos momentos dejaras pasar para compartir tu vida con Cristo?

¿Cuánto más viviremos con prisa? 

¿Hasta cuándo vivirás tu tiempo?


Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Si, espera a Jehová. Salmos 27:14.

¡EL SEÑOR JESÚS AGUARDANDO ESTÁ... PACIENTEMENTE, ESPERA POR TI!

viernes, 2 de mayo de 2014

En sus zapatos

¡Te quiero hija! Gritaba con amor mientras de brazos abiertos se acercaba para abrazar a su pequeña. Ella, frunciendo el ceño y entre murmullos se deja oír diciendo: ¡Déjame tranquila! mientras se levanta y se aleja dejando a su padre con los brazos extendidos.

Él es un padre amoroso, atento, siempre dispuesto a ayudar a sus hijas; las ama sin condiciones ni restricciones! Imperfecto, como todo ser humano pero con un corazón gigantesco presto a perdonar con amor y velar por el bienestar de los suyos sin esperar nada a cambio. ¡Que maravilloso amor!

Más de una vez rechazado por sus hijas, esposa y familia. ¿Cómo no estar destrozado?.

Me pregunto: ¿Cómo un padre puede amar con tanta intensidad a sus hijos abriendo paso al perdón? ¿Cómo puede reconstruir su corazón luego de experimentar el dolor del rechazo?. 

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevo él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él y por su llaga fuimos nosotros curados. 
Isa 53: 3-5.

¿Cuánto más rechazaremos al Señor?. 

¿Cuánto más esconderemos el rostro de aquel que nos amo tanto, y de tal manera que envió a su hijo unigénito a morir por nosotros?.

¿Hasta cuándo huiremos de la presencia del Señor?.

¿Qué esperamos para responder a su llamado?. 

Llegara el momento en el que nuestros ojos no verán la luz del Señor, nuestros oídos se ensordecerán y nuestros corazones se enfriaran de tal manera por el pecado que su voz no podrá calentar nuestras almas. 

Mi sacrificio es nada, comparado a lo que Cristo sacrificó por amor.

Mi dolor es dulce alabanza en comparación al sufrimiento que experimento el Señor.

Es nuestro turno de ponernos en sus zapatos, de andar como él anduvo aunque su talle sea extraordinariamente mayor que el nuestro.


Él lo hizo por amor... 


y ¡QUE MARAVILLOSO AMOR!

martes, 29 de abril de 2014

IGNORANCIA

Cuan importante es estudiar la palabra y cuanto más prepararse para la venida del Señor.



Los días se acortan y la maldad crece, con ello la ignorancia de las personas que se rigen de sus propios conocimientos antes que apoyarse en la palabra santa de aquel cuya vida fue, es y sera un ejemplo a seguir para la humanidad! Hace algunos meses, de visita en casa de una tía me encontré involucrada en una disyuntiva entre religiones (Adventistas del 7mo día y Cristiano - Evangélico). Cada cual defendía sus principios, entre los que integraban el grupo se encontraban mi padre, su hermana (mi tía), 2 amigas de mi tía y mi persona.

El tema principal fue: EL BAILE EN LA ADORACIÓN.

Una de las amigas de mi tía comentaba que ella disfrutaba alabar al Señor y que era inevitable bailar! Si bien el rey David danzaba! pero debemos entender que las palabras DANZAR y BAILAR no tienen el mismo significado.

PREGUNTA: nuestro Dios, es un Dios de orden y reverencia ¿Te imaginas a nuestro Señor Jesucristo bailando? dicha amiga no supo responderme tal pregunta.

El enemigo no esta dispuesto a perder una batalla, sintiéndose derrotado motivó a nuestra amiga a continuar discrepando sobre el tema.

Cuan importante es pedir SABIDURÍA de lo alto PARA ENTENDER lo que el Señor dicta en su palabra, cuan delicado es leer la biblia sin la dirección de Dios ya que podríamos malinterpretar o distorsionar sus escritos, sembrando así en las personas un mensaje completamente errado del evangelio.

Si depositáramos la misma energía con la que discutimos, esa energía con la que odiamos a otros en estudiar la palabra, en pedir al señor sabiduría y dirección, invertir esa energía en predicar el evangelio, estoy más que segura de que aceleraríamos la venida de Cristo!!! Existe muchísima gente, rincones, lugares en los que aún no ha llegado el evangelio.

¿Por qué perdemos el tiempo odiando y destruyendo?

Entonces dice a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Mateo 9:37

Seamos obreros fieles, trabajemos para el Señor, edifiquemos los planos que el gran arquitecto en su gran amor nos dejó!

ES TIEMPO DE TERMINAR LA OBRA QUE NUESTRO PADRE INICIÓ.

Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14

sábado, 4 de enero de 2014

Marcas



Tuve el privilegio de nacer y alimentar gran parte de mi niñez en la Iglesia Adventista, mis padres aceptaron a Cristo en su juventud y gracias al señor mi familia fue bautizada. A la edad de 14 años me aparté de la iglesia; estando en el mundo te vuelves vulnerable y es en ese preciso momento cuando el enemigo decide atacarte, con el único propósito de apartarte de Dios.
Yo era muy apática a las fiestas, la bebida o el cigarrillo y a diferencia de muchos jóvenes ese tipo de "diversión" no me llenaba, pero ¡Vaya que el enemigo siempre sabe por dónde atacar! en aquel entonces tenía una gran empatía por los tatuajes, sus colores y formas; así que al alcanzar mi mayoría de edad tomé la decisión de tatuar mi cuerpo.
PREGUNTA: ¿Qué es lo primero que piensas al escuchar la palabra TATUAJE? mucha gente acostumbra pensar que el hecho de tatuarse lleva a drogarse, ingerir alcohol, escuchar música rock, entre otras cosas! pero me alegra contarte que gracias al Señor, ese no era mi caso.
Transcurrido algún lapso de tiempo y al cabo de haber caído tantas veces comprendí que era necesario estar lejos para poder aceptar que mi lugar estaba junto a Cristo.
Mis tatuajes no me impidieron escuchar la voz de Cristo, no han sido piedra de tropiezo que me impida alabar su nombre, las marcas que hoy llevo en mi cuerpo son prueba viva del amor y la misericordia del Señor hacia sus hijos, no he de cubrirlas, finalmente dichas marcas se borran, pero la marca que deja el señor en nuestras vidas una vez que le aceptamos como nuestro salvador es imborrable.
ANÉCDOTA: hace algunos meses charlaba con un amigo, conversación en la cual entraron a colación mis tatuajes, dado el momento mi amigo me pregunta: ¿Por qué no te reemplazamos esa pierna por una nueva? A lo que yo respondí: "esta pierna es nueva!". Él quedó sorprendido y solo pudo decir: Vaya! tienes razón, me has dado una gran lección.
Y no solo mi pierna... mis brazos y todo mi cuerpo es nuevo!! No lo digo yo, escrito está: de modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17.